Limpieza de superficies: chorreado y granallado
Una de las primeras etapas para abordar adecuadamente la aplicación de un revestimiento en una pieza es la limpieza concienzuda de su superficie. Para realizar esto existen varias alternativas. Entre ellas se encuentran las operaciones de chorreado y granallado.
Preparación superficial en piezas chorreadas
Piezas recubiertas con fluropolímero
Además, dependiendo de las características de la superficie a limpiar en ocasiones se debe realizar un desengrase previo.
Aunque, en ocasiones, los términos se utilicen de forma indiferente se trata de técnicas bien diferenciadas.
Habitualmente la operación de chorreado se realiza mediante equipos que proyectan abrasivos bajo presión de aire comprimido. Los equipos pueden operarse de forma manual o automática o semiautomática. Existe una multitud de abrasivos, entre ellos óxido de aluminio, vidrio, diversos polímeros e incluso partículas orgánicas como cáscaras de frutos secos. La selección del tamaño de grano, presión y método de chorreado es todo un reto para obtener los mejores resultados. En Tecnimacor existen varios equipos de chorreado particularmente diseñados para la limpieza de aleaciones de aluminio y otras aleaciones ligeras con recubrimientos desgastados o para la preparación de la superficie para mejorar el anclaje de los recubrimientos nuevos.
La operación de granallado se realiza en equipos de forma automática y suelen utilizar abrasivos férricos: acero inoxidable, acero o hierro fundido. La granalla se proyecta por medios mecánicos a través de turbinas que mediante palas generan la suficiente velocidad para su proyección sobre una superficie. Las piezas que se granallan suelen ser piezas más robustas habitualmente piezas de acero y aleaciones duras. En todo caso el manejo cuidadoso de los parámetros del equipo también permite trabajar con aleaciones ligeras. En Tecnimacor se dispone de equipos de chorreado que cubren todas las necesidades de nuestros clientes.
En definitiva, son operaciones de limpieza y preparación superficial que deben ser abordadas de forma previa a la aplicación de un revestimiento o recubrimiento antiadherente.
Finalmente, en el lenguaje común encontramos la expresión “arenado” que debe entenderse en la mayoría de las ocasiones como un sinónimo de chorreado. Realmente, el término de forma originaria estaba referido a utilizar sílice, en definitiva, arena, para la proyección de partículas. Hoy en día la técnica no se aplica en casi ningún caso de este modo. La aplicación del chorreado con arena genera riesgo de silicosis y está limitado. Solo en espacios abiertos con buena ventilación y protecciones especiales puede utilizarse, pero con todo se encuentra en desuso.
En Tecnimacor además de realizar operaciones de chorreado y/o granallado para las piezas a las que les aplicamos nuestros recubrimientos antiadherentes o técnicos podemos realizar limpieza y preparación de todo tipo de superficies.
No dude en ponerse en contacto con nosotros para poder asesorarle y mostrarle la solución más eficiente para la limpieza y preparación de sus piezas.